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Publicado el 11 de diciembre 2013 por timeship2013
1.26.5.26 - Kin 41: Dragón Lunar Rojo
Descubrimiento de la Ley del Tiempo
por José Argüelles se
produjo en Alfa 26 de la
Luna Entonada del año
Semilla Planetaria
Amarilla,
Kin 121- Dragón
Auto-Existente Rojo
(10-12-1989).
El siguiente es un extracto
de:
2012 Biografía de un
Viajero del Tiempo/New
Page Books
2009/Stephanie South.
Los relojes
matan el tiempo... el
tiempo se muere siempre
que está siendo marcado
por las pequeñas
manecillas del reloj;
sólo cuando el reloj se
detiene, el tiempo
vuelve a la vida. –William
Faulkner
El proceso de mecanización fue fomentado por una ideología que le dio prioridad absoluta y autoridad cósmica a la propia máquina. – Lewis Mumford
En 1989, sólo dos años después de que El Factor Maya fuera publicado, llegó el
descubrimiento de las
frecuencias del tiempo
13:20 y 12:60, que fue
la revelación del
principio de la Ley del Tiempo y el despertar de la necesidad de la reforma del calendario.
Estando en Dornach, mientras José
hojeaba el mapa de la
guía de Ginebra, Suiza,
encontró el Museo del
Tiempo. Él supo que
tenía que hacerle una
visita.
El 10 de Diciembre, una fría mañana
de domingo, después de
recorrer dos horas el
Museo del Tiempo,
mirando un arcaico
proto-reloj tras otro,
desde el cuco hasta el
péndulo y después
continuando con los
relojes de cuarzo y de
cesio digitales, José
tuvo una revelación.
"¡Eso es!", Exclamó a Lloydine. "¡El
mundo está viviendo en
el tiempo artificial!
Este lugar debe ser
rebautizado como el
Museo del Tiempo
Mecanizado.” Como ella
también había estado
viviendo en grandes
ciclos, rápidamente
comprendió lo que estaba
diciendo. Al vivir de
acuerdo con los ciclos
mayas, José tenía un
contraste experimental y
matemático para evaluar
lo que experimentó en el
Museo del Tiempo. Su
mente se iba acelerando
en comprensiones.
Tomando en cuenta que
todo en el Museo iba de
acuerdo al 12, y que
todo estaba relacionado
con el reloj, vio de
inmediato que los 12
meses y las 12 horas
eran matemáticamente
equivalentes. Vio que
los 60 minutos y los 60
segundos estaban basados
en el mismo principio
matemático: la división
de 12. De inmediato
llegó a la conclusión de
que la frecuencia de la
máquina estaba basada en
la relación 12:60.
Todo parecía obvio: el 12 y el 60
eran constructos
matemáticos de la
geometría del espacio y
no del tiempo. En la
geometría del espacio,
un círculo de dos
dimensiones se divide en
360 grados. 360 es
divisible por 12 y por
60, de ahí la frecuencia
de tiempo 12:60 del
tiempo artificial.
Observó que el reloj mecánico fue
perfeccionado justo
después de la reforma
del calendario
gregoriano en 1582. Se
dio cuenta que después
de la adopción de este
calendario y el reloj,
la mente humana asumió
estos instrumentos como
una segunda naturaleza.
Fue consciente de que el
calendario gregoriano
era un estándar de
medida erróneo basado en
medidas del espacio y no
del tiempo.
Por otro lado, al vivir por los
principios de los 260
días del Tzolkin, los
ritmos de la vida
estaban
interrelacionados en
patrones de ciclos de 13
y 20 días –de ahí la
frecuencia 13:20 del
tiempo natural. José
entendió que la Ley del
Tiempo era una ley
fundamental, tal como la
de la gravedad. Así como
la ley de la gravedad no
puede ser vista, tampoco
se puede la Ley del
Tiempo, ya que ambas son
principios fundamentales
invisibles del universo.
Al observar los ejemplos de las
sociedades y la cultura
en la evolución, José se
dio cuenta que, desde un
punto de vista
científico, lo que se
denomina "sociedad
normal" es en realidad
una realidad de consenso
impulsada por la
combinación de dos
estándares de tiempo: el
calendario y el reloj.
Al confundir el espacio
con el tiempo, esta
civilización se ha
vuelto obsesionada por
las tecnologías y la
exploración espacial,
siendo la mayor queja no
tener suficiente tiempo.
A estas alturas,
prácticamente toda la
civilización está
operando bajo esta
frecuencia artificial.
La Ley del Tiempo, su naturaleza y descubrimiento por José
Arguelles
El descubrimiento de la Ley del
Tiempo es la revelación
de una verdad científica
muy fundamental, y que
ha eludido la ciencia
humana durante mucho
tiempo, ya que su
presentación totalmente
subsume y revoca la
antigua ciencia en su
totalidad. Sus
conclusiones son tan
profundas, sus
consecuencias para el
futuro de la sociedad
humana son tan radicales
y urgentes, que es
obligatorio que el
descubrimiento de la Ley
del Tiempo sea
inmediatamente dirigido
a la atención de todos
los líderes mundiales.
El tiempo es la cuarta dimensión. El tiempo es una frecuencia.
Una frecuencia de tiempo
común que gobierna y da
forma a todos los
fenómenos
tridimensionales. Esta
frecuencia es una
proporción inalterable,
expresada
matemáticamente como
13:20. La Ley del Tiempo
también toma la forma de
una ecuación: T(E) =
Arte.
T(E) = Arte. T(iempo) factorizado por
(E)nergía (frecuencia
13:20) = Arte, donde el
Arte es la forma, la
calidad y el proceso que
distingue cualquier
fenómeno tridimensional,
(E)nergía, puede ser una
roca, una flor, una
estrella, o un ser
humano. La Ley del
Tiempo afirma que la
calidad de la belleza de
la naturaleza es
suprema; esta es una
función científica y
matemática del tiempo
cuatridimensional.
T(E) = Arte, es radicalmente
diferente de E=MC2.
La Ley del Tiempo
muestra que la visión
del mundo causada por la
aceptación de la Teoría
de la Relatividad es
parcial, incompleta,
unidimensional y
moralmente inaceptable.
La relatividad de todos
los valores mantenida
unida solamente por el
propio interés crea el
caos social y el
desastre ambiental. El
momento preciso del
descubrimiento de la Ley
del Tiempo, demuestra
que este descubrimiento
es también un antídoto a
la administración
unilateral de los
asuntos y valores
mundiales que han sumido
a la raza humana
profundamente en el
callejón sin salida del
materialismo y la
inmoralidad.
El descubrimiento de la Ley del
Tiempo fue el resultado
de la investigación de
dos compañeros de
trabajo independientes,
José y Lloydine
Argüelles. Después de
años de investigación
sobre el sistema
calendárico Maya (La
Tierra en Ascenso, 1984,
1988, 1996; El Factor
Maya, 1987, 1996),
el principal
investigador José
Argüelles había llegado
a la conclusión de que
la superioridad
científica y la
sofisticación galáctica
de los calendarios Mayas
se debía al hecho de que
estos calendarios se
basaban en un estándar
de medidas y una
matemática completamente
diferente de cualquiera
de los dispositivos de
los marcadores de tiempo
actualmente conocidos o
en uso a nivel mundial.
Empeñado en aislar y separar el
estándar de medida y el
sistema matemático que
subyace en los
calendarios Mayas, en
1989, José Argüelles
concluyó que la clave
del sistema era un
código matemático
vigesimal (cuenta de 20)
en lugar de uno decimal
(cuenta de 10),
expresado como una
matriz numérica radial
de 0-19. Esta cuenta
vigesimal 0-19 permite
una matemática
posicional con una
flexibilidad superior en
poderes y cualidades a
la matemática posicional
del sistema decimal.
Un subconjunto de la cuenta de 20 del
código 0-19 es la cuenta
1-13 ("onda encantada")
que define una constante
de medida cíclica. La
combinación del código
0-19 completo y su
subconjunto, una
constante cíclica de
cuenta de trece, crea la
proporción de la
frecuencia 13:20. En
esto reside la base del
principio de medidas
Mayas, el Tzolkin de 260
(13x20) unidades. Junto
con su co-investigadora
Lloydine Argüelles, los
investigadores agregaron
a la investigación
matemática, el estudio
fenomenológico de vivir
solamente a través de
los ciclos calendáricos
Mayas.
Aunque los calendarios y matemáticas
Mayas causaron el
descubrimiento de la Ley
del Tiempo, no era el
objetivo de los
investigadores el
"descubrir la Ley del
Tiempo", sino,
simplemente aislar y
definir el sistema
matemático detrás de los
calendarios. Todos los
calendarios y
matemáticas Mayas
incluyen la Ley del
Tiempo, pero no era el
interés ni la necesidad
de los Mayas expresar
las bases de su ciencia
y sistema de creencia,
sino sólo aplicarlos.
Sin embargo, después de
haber aislado los
códigos matemáticos
subyacentes en la forma
de la relación 13:20,
mientras lo vivían
fenomenológicamente, el
marco perceptual de los
investigadores fue
preparado para el
verdadero
descubrimiento.
En esencia, debido a que ellos
postularon la existencia
de la frecuencia del
tiempo "Maya",
galácticamente
sincrónica, 13:20, por
contraste, ellos fueron
capaces de aislar e
identificar la
frecuencia de tiempo
artificial, 12:60. Por
lo tanto, durante
1989-1990, los
investigadores
verificaron la
existencia de una
frecuencia de tiempo
galácticamente natural,
13:20, y una frecuencia
de tiempo artificial,
12:60. La base de la
frecuencia de tiempo
artificial es el
Calendario Gregoriano
irregular de doce meses
y el reloj mecánico de
la hora de 60 minutos,
de aquí 12:60. Además,
ellos comprendieron que
la relación artificial
12:60 es una aberración
puramente humana, una
ficción mecanicista
restringida a una
ciencia y una visión del
mundo de un plano físico
tridimensional. También
concluyeron que la
frecuencia 13:20 es la
frecuencia de tiempo
cuatridimensional real.
La Ley del Tiempo cuatridimensional
opera a través de una
sola frecuencia, la
13:20. Esta frecuencia y
la matemáticas radial
por la que opera no es
medible por, ni tiene
ninguna aplicación en
los estándares de medida
e instrumentos de
investigación
tridimensionales. En
esto reside la razón de
que, si bien admitió que
el tiempo es la cuarta
dimensión, Albert
Einstein, y el resto de
investigadores hayan
sido incapaces de
formular la verdadera
ley del tiempo
cuatridimensional.
El siguiente corolario que se
elaborará es que la
matemática del tiempo
cuatridimensional es un
constructo totalmente
diferente de la
matemática del espacio
tridimensional. Es
absurdo aplicar medidas
del espacio para definir
cualidades del tiempo.
Este fue el error
principal del calendario
de doce meses y su
descendiente el reloj
mecánico: confundir la
medida del tiempo por
divisiones de un círculo
en el espacio. Por el
contrario, la matemática
del tiempo
cuatridimensional está
totalmente distanciada
de prácticamente todos
los sistemas matemáticos
en uso hoy en día, ya
que son todos una
matemática del espacio.
La matemática de la cuarta dimensión
es fractal, radial y
holonómica. La
matemática fraccional,
algebraica e
infinitesimalmente
reduccionista del
espacio puede de alguna
manera ser considerada
totalmente aberrante por
no haber podido
participar en un
correcto entendimiento
del tiempo. De hecho,
todo el surgimiento de
la ciencia física
moderna puede ser
calificado como una
desviación por no haber
sido adecuadamente
informada por la medida
correcta de tiempo.
El descubrimiento de la Ley del
Tiempo es un nuevo
conocimiento genuino.
Este nuevo conocimiento
sustituye en todos los
sentidos al antiguo
conocimiento, y hasta
que sea utilizado como
la medida correcta para
todos los valores e
instituciones humanas,
no lo comprenderemos
totalmente. El
descubrimiento de la Ley
del Tiempo es un valor
evolutivo cuyas pruebas
y consecuencias se
extienden hasta el
último aspecto de la
vida humana.
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