Visualízate justo donde estás. Observa el espacio en que te
encuentras, ya sea dentro o fuera. Ahora te alejas del entorno
en el que te encuentras y, desde arriba, mira hacia abajo.
Elévate un poco más y observa toda la calle o área en la que
estás. Ahora expándete hacia afuera y elévate más y más alto en
el espacio. Desde el espacio, mira la Tierra como un mandala
azul luminoso. Mira la Tierra desde todos los ángulos. Obsérvala
como una esfera planetaria, una rueda que gira en el espacio con
un valor esencial, su dharma o verdad. El dharma, o la capacidad
de la Tierra, es su capacidad para sostener la vida.
Visualiza la totalidad de la vida en la Tierra, desde los
animales, las plantas, los humanos, en descenso hasta los
insectos y el plancton. Míralo todo como un sistema entero. La
totalidad de la vida en la Tierra es la biosfera, o la esfera de
la vida que cubre la superficie de la Tierra como una película o
un manto vibrante que está siempre en movimiento. Visualiza
realmente cómo todos los diferentes procesos y las formas de
vida son una unidad en ésta esfera azul brillante.
Ahora, deja que tu mente penetre bajo la superficie de la
Tierra. Siente las capas esféricas de sedimento y roca
cristalina. Ve al núcleo y encuentra el inmenso octaedro de
cristal de hierro. Siente este núcleo de cristal como un
receptor de radio dinámico, alargado en dirección a cada uno de
sus polos magnéticos. Sitúate en meditación en el mismo centro
del receptor de radio de cristal. ¿Qué está recibiendo la
Tierra? ¿Qué está transmitiendo la Tierra? ¿Dónde está
recibiendo la Tierra? ¿Qué mensajes te está dando la Tierra en
este momento?