CREDO EVOLUTIVO MÍSTICO
POR JOSÉ ARGÜELLES / VALUM VOTAN

La mística es una etapa en la evolución consciente del espíritu que se produce cuando las estructuras externalizadoras de la percepción, conocida como "personalidad" se han agotado y la atención o la consciencia se vuelve hacia dentro hacia un diálogo con el alma. De ahí en adelante, el cultivo del alma supera en importancia a la expresión dominante y el culto de la personalidad (ego).

Mientras esto ha sido alcanzado algunas veces como una realización individual, o aún más raramente por un pequeño grupo o escuela, nunca ha sido la mística el escenario completamente consciente o el objetivo de toda la especie. Las sociedades tradicionales tibetanas, islámicas o hindúes se han acercado a inculcar un valor religioso, incluso totalmente místico, en sus estructuras sociales. Pero hay una cuestión de si, en las circunstancias actuales, el misticismo o el ideal místico alguna vez puedan ser socialmente institucionalizados.

Para el verdadero cultivo místico, o mística entendida como una etapa en la evolución consciente del espíritu, primero tiene que haber un cansancio de la personalidad mundana que externaliza con su ego, tramas y juegos. Esto representa un natural alejamiento de las normas sociales supuestamente normales y aún biológicas. Es por esta razón que el místico a menudo es percibido como una amenaza para la sociedad establecida.

El cultivo del alma y su unidad con Dios - el Absoluto - es la preocupación principal del místico,  quien, generalmente, no se interesa lo más mínimo por los valores del lucro, fama, poder personal, el placer o incluso la vida familiar. Y, sin embargo, es característico del místico plenamente desarrollado que él o ella, desarrollará una profunda compasión insuperable por todo el tejido de vida, no sólo por su familia, tribu, nación, o, incluso, la especie.

Por lo tanto, considerar la mística como una etapa en la evolución de la especie entera tiene profundas implicaciones para la estructura de la sociedad humana y, de hecho, para el futuro de la especie y toda la vida en la Tierra.

El hecho es, que la especie humana no tendrá paz sobre la Tierra como un fenómeno universal hasta que haya pasado, en masa, hacia la etapa mística del desarrollo. Este paso es inevitable. Todos los místicos de la historia han sido sólo los precursores evolutivos de esta nueva etapa, inevitable de la evolución humana.

No sólo los seres humanos alcanzan la paz mediante la búsqueda del objetivo místico de unión divina, sino que dentro de varias generaciones, por propia voluntad, habrán reducido su población a una mera fracción de su número actual. Por otra parte, en la búsqueda de su objetivo místico de unión con Dios  cualquier camino es adecuado a la disposición del adepto, la especie humana abandonará su actual estilo de vida tecnológico y cargas materiales, sustituyéndolos, por una casi invisible tecnología solar psico-telepática.

Una vez que este ideal es comprendido y considerado posible, entonces, a este noble fin y lleno de compasión suprema, debe el místico devoto contemporáneo dedicar su vida entera. En la unificación y sincronización de todos los místicos a este objetivo común, se encuentra el propósito y el logro de la sanación cósmica.

"19.12. La auto-regulación auto-reflexiva de los cuerpos evolucionados de tiempo operando por la Ley del Tiempo asegura que toda evolución venidera sea de una naturaleza divinamente espiritual donde la regresión a vivir fuera de fase con el plan divino ya no es posible. “Dinámicas del Tiempo”