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Movilización por la Paz Una Carta de José Argüelles
"El Sr. Argüelles dice que la elección entre una 'nueva era'
y una destrucción total es nuestra, y es mejor que decidamos."
-Wall Street Journal, en su página principal del 23/06/1987
Con los eventos de emergencia planetaria del 11 de Septiembre,
la civilización está en jaque mate. Después de 5000 años de
historia, ¿por qué la guerra final es la guerra entre la
civilización y el terrorismo? ¿El terrorismo es aparte de la
civilización o es un reflejo engañoso de algún error dentro de
la misma estructura de la civilización? Si es algo aparte de la
civilización, aun siendo ejecutado por seres humanos como
aquellos que dicen ser "civilizados", ¿será que los terroristas
representan una vena de maldad absoluta?
Si así fuera, ¿será erradicado este mal por exterminación
violenta?
El Presidente de Estados Unidos cree que está haciendo la guerra
para "exterminar el mal de la tierra". ¿Cómo sabremos que este
mal ha sido finalmente exterminado?
Si los terroristas representan un reflejo de la civilización,
¿no representan una imperfección fatal o un fracaso de la
civilización para indicar una necesidad fundamental de la
humanidad?
En el análisis de la Ley del Tiempo, el 11 de Septiembre fue el
"Evento Inevitable", el quiebre del Encantamiento del Sueño de
la Historia.
Esto fue inevitable porque las contradicciones en la estructura
de poder de la elite gobernante de la civilización, no se ha
acomodado en lo más mínimo a los efectos de sus políticas
económicas sobre la biosfera, mucho menos en el resto de la
gente del planeta.
Los Americanos son solamente el 5% de la población mundial, sin
embargo, consumen el 40% de los recursos naturales.
La política económica de la última década de Norteamérica
afirmaba que era un derecho y un privilegio de Estados Unidos no
sólo de continuar consumiendo en tan alta proporción, sino
también de extender su doctrina económica al resto del mundo.
La política extranjera que la acompaña mantuvo el derecho a
defender esta doctrina económica cuándo y dónde fuera necesario.
Desde el punto de vista de la matemática simple, se puede ver
que en algún momento inevitable esta política estaría
sentenciada al fracaso. Que haya sido un acto de terror que
manifiesta el fracaso de esta política, sólo profundiza el
significado de los eventos que están ocurriendo.
Sin embargo, están predestinados, los eventos que ahora se
desarrollan, someten a la especie humana hacia un sendero y un
clima de guerra mundial, miedo e inseguridad, en medio de lo que
aparece ser un colapso mayor de la economía global.
Mientras tanto, está claro que nada va a disuadir al Presidente
Norteamericano y a aquellos que lo siguen de continuar con una
"larga y extensa guerra", las demandas de la justicia cósmica
hacen imperativo que nos empecemos a preparar para las
consecuencias de esta guerra - ahora.
La única consecuencia imaginable es la paz absoluta - un mundo
sin guerra. ¿Cómo podemos alcanzar un mundo así? Hay una
solución que aún no se ha probado y que puede tener la clave
-cambiar el calendario. Eliminar el calendario Gregoriano y
reemplazarlo por un calendario de armonía y paz. Sólo con este
acto seremos capaces de dejar el viejo tiempo de guerra y entrar
a un nuevo tiempo de paz. Realmente, si el colapso apocalíptico
de las Torres del World Trade Center auguraban el fin de la
historia, un nuevo Sincronario de armonía nos llevará más allá
de la historia - por fin.
En 1995, cuando por primera vez presentamos el Plan de Paz
Mundial de Cambio al Sincronario de Trece Lunas a las Naciones
Unidas, le entregamos una petición a la que nos referimos como
una "Emergencia Moral Planetaria". También propusimos que las
Naciones Unidas condujera un Simposium de Emergencia Moral que
fuera convocado en la Universidad para la Paz en Costa Rica.
Nuevamente, en 1996 y en 1997, distribuimos la "alerta moral de
emergencia planetaria", llamando a la reforma del calendario
como el primer paso para la paz mundial. Para la Cumbre Mundial
de la Paz y el Tiempo, en Costa Rica en 1999, escribimos un
documento llamado "La Reforma del Calendario y el Futuro de la
Civilización" - el punto principal era que la reforma del
calendario es el asunto pendiente más importante del siglo 20.
Los eventos del 11 de Septiembre comprueban este punto sin lugar
a duda. Los calendarios codifican los programas inconscientes de
las personas que los usan.
La medida irregular del Calendario Gregoriano es el programa
seguido por la especie humana para la autodestrucción. Precisamente
29 años antes de la emergencia del 11 de Septiembre, la caída de
la torre de Babel, el Centro de Comercio Mundial, los
terroristas Palestinos se tomaron la Villa Olímpica en Alemania.
Eso fue el 11 de Septiembre de 1972. En otras palabras, la fecha
11 de Septiembre ya estaba programada de manera precisa para el
tipo de acontecimientos que ocurrieron. Si el mundo le hubiera
puesto atención a la llamada para el cambio de Calendario,
puesta en marcha por la Liga de Naciones en 1931, hoy sería un
mundo muy diferente.
Reconociendo la naturaleza profunda de la emergencia moral -la
humanidad en su dominio inconsciente del falso tiempo- durante
los 90 activamos un movimiento por la paz, el Movimiento Mundial
de Paz de Cambio al Sincronario de Trece Lunas. Basado en la
premisa práctica de cambiar el calendario, ahora sabemos que el
Movimiento de Paz de Cambio al Sincronario de las Trece Lunas es
el movimiento de paz más amplio y unificador que hoy necesita el
mundo tan urgentemente.
No sabemos cómo se van a desarrollar los acontecimientos en los
próximos años, pero ya hemos puesto una meta el año 2004, como
la última oportunidad para establecer el Plan de Paz de Cambio
al Sincronario de Trece Lunas. La estrategia para llevar a cabo
este plan también ha sido preparada, la Campaña para el Nuevo
Tiempo. A través de esta Campaña, debemos movilizarnos ahora por
el Nuevo Tiempo de Paz.
La Fundación para la Ley del Tiempo es una organización exenta
de impuestos, establecida solamente con el propósito de promover
el Plan de Paz Mundial de Cambio al Sincronario de Trece Lunas,
y su Movimiento Mundial organizado como la Red de Arte
Planetaria. Ahora, mientras aún hay tiempo, le pedimos su apoyo.
La única garantía para un tiempo de paz es dejar el viejo tiempo
y al mismo tiempo cambiar el calendario. Por favor, únase a
nosotros, "y el mundo será Uno".
Gracias por su consideración. La Paz sea con vosotros y en todas
las cosas.
José Argüelles-Valum Votan, Presidente de la Fundación para la
Ley del Tiempo
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