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MEDITACIÓN DE LA MENTE NATURAL
La práctica
para despertar la mente natural es extraordinariamente simple.
Es la máxima forma y experiencia humana que puedas tener, y
cualquiera puede hacerlo. Sólo tienes que estar quieto.
Mantén la
columna erguida, bien sentado en una silla con los pies firmes
en el suelo, o sobre un cojín o una almohada con las piernas
cruzadas, una sobre la otra en posición del loto o medio loto.
Tus ojos
deben estar ligeramente abiertos mirando hacia el suelo. Puedes
colocar cómodamente tus manos sobre tus rodillas, con las palmas
hacia abajo, o colocar tu mano derecha sobre tu mano izquierda,
con las palmas hacia arriba al nivel del ombligo. Siente tu
dignidad intrínseca en esta postura.
Mantener la
columna erguida es ya despertarse y mantenerse despierto.
Ahora, en
esta posición, no tienes que hacer nada más que observar tu
respiración. Respira normalmente. A medida que tomas consciencia
de tu pensamiento, sin importar lo más mínimo la naturaleza ni
el contenido del pensamiento, simplemente disuélvelo etiquétalo
sólo como "pensamiento", y al exhalar, disuelve el pensamiento.
En ese mismo momento antes de exhalar y mientras se disuelve el
pensamiento, se encuentra el "espacio" entre los pensamientos.
Este es el espacio al que debemos familiarizarnos y cultivar. Es
la semilla de la mente natural y la llave hacia tu verdadero y
auténtico ser.
Practícalo al
menos 15 minutos cada día y observa los cambios sutiles en tus
percepciones y actitudes. ¡Pon atención al espacio!
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