|
|
En cuanto al Centro de Recursos CREST13, nuestro viaje para llegar a ser auto-sustentables ha sido un gran proceso de aprendizaje, uno tal que ha iniciado una reprogramación o re-entrenamiento total de nuestra mente de regreso a los ciclos de la naturaleza. Nos hemos quedado atónitos por la profundidad del sentimiento que surge en nuestro corazón al saber que nuestro hogar funciona con el sol, que nuestra agua es suministrada desde el cielo, y que nuestra huella sobre nuestra gran Madre Tierra es mínima. Nunca imaginamos que podría haber tal abundancia de alegría en tal simplicidad del ser.
Hace cuatro años estábamos viviendo y trabajando en la ciudad, aguantando el atasco del tráfico en la hora punta. Pasábamos nuestros días en un escritorio, dentro de una oficina, mirando a una computadora. Disfrutamos todas las delicias de la ciudad: el teatro, restaurantes fabulosos, cafés, jardines botánicos, tiendas orgánicas y ¡la calefacción central a gas! Estábamos felizmente entretenidos por todo lo que tiene para ofrecer la vida en la ciudad. Estábamos siguiendo el calendario de las 13 Lunas y viviendo una vida espiritual, sin embargo, estábamos muy absortos en la frecuencia 12:60. No teníamos idea de cómo iban a cambiar nuestras vidas.
Todo comenzó como una directiva del Espíritu en la forma de un sueño: un sueño muy vívido y detallado dando la dirección para este lugar. Dos semanas después, el día en que la propiedad fue anunciada para su venta, las sincronías aseguraron que el sueño fuera tomado en serio. Y así fue que nos encontramos con 20 acres de monte áspero a 90 minutos al oeste de Melbourne –no eran exactamente las exuberantes colinas onduladas y las pintorescas cascadas que podríamos haber imaginado, y ciertamente no era el hogar cálido de ladrillos de adobe que habíamos visualizado. Sin embargo, aparte de la línea de teléfono y el acceso a internet, la propiedad se encontraba totalmente desconectada de la red, y funcionando efectivamente con energía solar - ¡¡Esto nos emocionó!!
Aún recordamos el nerviosismo y la trepidación de esos primeros días, preguntándonos si estaba bien prender las luces por la noche o si debíamos usar velas. ¿Hay suficiente agua en los tanques para tomar una ducha? No teníamos idea de la transformación que nos esperaba, en la consciencia y en el estilo de vida.
La transición ha sido mucho más que mudarnos simplemente de la ciudad al campo. Ha sido una transición de vivir en la red a vivir fuera de ella; desde el cable principal de electricidad a la energía solar; desde la tubería de gas al gas embotellado; desde la tubería de agua al agua de lluvia; desde el agua caliente por gas al agua caliente por energía solar (¡imaginen el invierno!); desde la calefacción central al calentador de madera; del aire acondicionado central a no tener suficiente energía para poder administrar cualquier forma de enfriar el aire; desde la recogida de basura a llevar nuestra basura al vertedero local; del correo entregado en casa a ir a recoger el correo a la oficina postal; desde los supermercados y las tiendas de comida fresca a tener nuestra propia comida creciendo en nuestra puerta; de tener todas las comodidades y servicios al alcance de la mano a tener los servicios mínimos a media hora o más lejos; de tomar vacaciones por capricho a tener vacaciones que requieren una seria planificación para cuidar a los animales y los jardines. Pero más que nada, ha sido una transición desde la dependencia en los sistemas externos para satisfacer nuestras necesidades físicas a confiar en el Espíritu y en los ciclos de la naturaleza para que nos provean.
Así que ha habido muchos ajustes para lidiar con la mayor parte de lo que pertenece a las fuerzas de la naturaleza. Esperando a que llegue un día soleado para aspirar la casa o para ponerse al corriente con esa cesta de planchado. Teniendo realmente duchas cortas durante los meses (secos) del verano. Teniendo cuidado de no estar utilizando dos aparatos al mismo tiempo. Tomando duchas nocturnas en el invierno para permitir al fuego de leña el tiempo para calentar el agua. Cortar madera y meterla en el cobertizo antes de que lleguen las lluvias del invierno. ¡Darte cuenta de que no te mueres sin aire acondicionado, incluso en un día a 43ºC (109ºF)! Ajustar tu guardarropa al clima en lugar de calentar o refrescar tu clima artificialmente. ¡Cambiar los tacones por botas blundstone, y los collares y la corbata por trabajo duro y camisas de franela! Reemplazar viajes a la tienda con una caminata a través de los jardines para escoger vegetales frescos para nuestras comidas diarias. ¡Decirle adiós a las cuentas de electricidad, gas y agua!
Todo este proceso ha iniciado una reprogramación o re-entrenamiento total de la mente. Todos nuestros condicionamientos y respuestas automáticas simplemente no funcionaban en este entorno, y muy naturalmente, se disolvieron con el tiempo. Fue como aprender a caminar de nuevo, pero el piso en el que caminas ya no es plano. Ya que ninguno de nosotros tenía ninguna experiencia previa de granja o jardinería, y ciertamente ninguna experiencia en vivir fuera de la red, todo requirió un nuevo aprendizaje. Simplemente teníamos que liberar todas nuestras formas condicionadas de vida, y aprender cómo vivir en armonía con la naturaleza. Haciéndolo así, la naturaleza respondió y continúa nutriéndonos en formas que tan sólo pueden ser descritas como vivir un cuento de hadas.
Nuestro aprendizaje ha sido intenso y vasto, y continúa siendo un proceso en curso. Ha habido chillidos de deleite al ver las primeras almendras en nuestro árbol, o la primera manzana tomando forma. Igualmente, ha habido lágrimas al olvidar abrir la puerta del invernadero en un día realmente caluroso, y perder todas nuestros plantines tan amorosamente nutridos para su nacimiento, o gritos por una gallina perdida en las fauces de un agresivo hurón. Hemos colapsado en risa incontenible después del shock de ver a nuestro travieso Hilux terminar en el tanque de agua. Muchas veces nos hemos arrastrado a nosotros mismos dentro de la casa en una especie de estupor, como borrachos, debido al puro agotamiento de palear tierra o cortar leña todo el día. Y sin embargo, cada una es una nueva experiencia única en sí misma, y que solo sirve para traer color a nuestro mundo.
También ha habido algunos descubrimientos exquisitos. Como los huevos recién puestos, escalfados sobre pan casero de masa fermentada con un acompañamiento de espinacas recién cosechadas y salteadas en nuestro ajo de cultivo casero que ¡sabe mucho mejor que cualquiera de esos desayunos en las cafeterias de la ciudad! El sabor y la energía de la comida de cultivo casero son superiores, por mucho, a cualquier cosa comprada en las tiendas. El mayor descubrimiento es el sentimiento de lo sagrado por todos los seres incluyendo, especialmente, a los árboles y plantas que comparten este espacio con nosotros, y los inexplicables sentimientos de conexión y protección que sentimos por todos y cada uno de los seres que vagan por nuestra tierra.
Hay momentos, por lo general en un día de 43 grados o hacia el final de un largo y frío invierno, en el que contemplamos momentáneamente el mudarnos de vuelta a la ciudad, recordando la facilidad de tener todo disponible al accionar un interruptor. Sin embargo, la alegría en nuestros corazones al vivir como lo hacemos, disuelve rapidamente cualquier pensamiento de este tipo, como cuando los canguros vienen a beber agua de nuestra presa, y las kookaburras irrumpen en su poderosa risa.
En el Centro de Recursos CREST13 hemos explorado un rango de diferentes tipos de viviendas alternativas y temporales, como casas de balas de paja, domos de sacos de tierra, domos geodésicos, yurtas, tipis y construcciones portátiles. Hemos adquirido bastante conocimiento sobre la energía solar, y ahora tenemos un programa de computación que nos permite hacer un seguimiento de nuestro uso, y mantener un sistema óptimo. Traer agua caliente a la casa, especialmente durante el invierno ha sido un viaje en sí mismo. Hemos estudiado principios de permacultura, y hemos aprendido como dirigir el flujo del agua. Las granjas de lombrices, compostaje, propagación, sembrar y cosechar son un proceso de aprendizaje en curso, como lo es aprender a convertir y preservar los alimentos que cultivamos. Tenemos una planta de biodiesel y producimos nuestro propio combustible. La apicultura es el siguiente paso en nuestra agenda, y mucho más. Iremos compartiendo en más detalle en el próximo número.
Amor y bendiciones,
Ishram (Kin 187) y Ashani (Kin 97)
|